sábado, 27 de junio de 2009

Un sueño

Dedicado a la nueva encarnación de A. R.,
como agradecido diálogo con “Sol y Carne”.




Ya es tiempo.

La piedra florece.
¡Mira la promesa de tus manos!
Hemos hecho del grito un arte,
un alto himno que sacudió a las estrellas.
Este es el primer día de libertad.
Nuestro contacto con el mundo es directo.
Hemos vencido los viejos yugos,
libres de todo miedo y santos,
Todo lo que hablamos, todo lo que vivimos
lo hacemos
desde el Ojo del Corazón.

He ahí.

¡Seamos entonces los guardianes y soberanos de nuestro tesoro!
¡Nuestra es la tierra
que recibimos y el cuerpo
es la espléndida geografía del alma en movimiento!

Somos divinamente póstumos.
Irradiamos el Sol desde nuestros pechos limpios.
Es tiempo.
Ya es el tiempo del Alma.
¡Asaltémonos! Nunca más será necesario ir tan lejos.
¡Nuestra es la Vida
que imaginamos minuto a minuto!

"La antorcha del cuerpo es el ojo".

¡El destino es la amplitud o la estrechez de nuestros sueños!
Luego viene la responsabilidad
o el implacable ejercicio de la Ley de Elevación de los Cuerpos.

Presencia y alquimia. “No juzguéis”.
Observación:
finalidad del cuerpo del dolor.
La pesadilla se quema por dentro.

Los niños juegan desnudos con la arena del horizonte;
cumplen promesas a sus mujeres radiantes y lascivas.

No somos víctimas.
Jamás lo fuimos.
Hemos sido heridos y también hemos humillado.
Le dábamos forma al barro.
No sentimos culpa ni lástima ni remordimientos;
en este sentido acaso sería justo
llamarnos asesinos
pues adoramos únicamente el altar del presente;
así dignificamos en nuestra intimidad al que ofendimos.
Le damos fuerza haciéndonos fuertes y osados
al levantarnos de la ciénaga.
Sufrimos la transformación. Odiamos y negamos;
finalmente comprendemos que es inútil resistir
y nuestra carne se hace Una
con la alta velocidad del Perdón;
Bebemos de su leche cósmica, bajo el Cántaro de Acuario,
y también, si es necesario, nos ponemos tetas
para darle de beber al mundo.
Más que arrogantes y pendencieros,
somos por primera vez inteligentes:
sabemos leer el dorado lenguaje de las entrañas de la vida.

Alzamos nuevamente la mirada,
no nos demoramos poniendo la mano sobre el arado mirando [atrás.
Nos arrancamos ojos y manos si es necesario,
no le tememos al incendio del futuro, somos el valor,
porque sólo del Rayo resucitan los alegres,
los verdaderos,
los héroes de lo cotidiano y la tormenta.
Cuidamos como un templo el regalo de nuestra Madre.
Hacemos oblaciones en su Altar, nos hacemos el amor
sin miedo de mirar los abismos de nuestra inocencia,
luego de haber polarizado el ph de nuestras heridas.
Cuando sueltas tu pasado y le entregas tu máscara al Viento
aprehendes de él dejándolo ir.
Lavamos nuestro rostro en la luz de la aurora de dedos de rosa.
Bautizamos un espacio del silencio con la advertencia de su [nombre,
mientras esperamos pacientes la encomienda.
Es así.
Aunque no sepamos bien de qué estamos hablando.

La vasta y oscura época de la lamentación, el cansancio, y la [sospecha,
ha llegado a su fin; ya cumplió y damos gracias.
Las galaxias se mueven en diferentes direcciones.
Somos el amor y el beso inmenso.
Hermosas y nobles fueron
las mujeres y los hombres que limpiaron el camino
incluso al costo de su propia dicha terrenal,
(también a causa de confundir
el sonoro espectáculo de su pequeño yo
con la enigmática Fiesta del Universo),
quebrando sus costillas en la paja.
Ellos ya tienen lo suyo.

No temas el movimiento del cielo.
¡Nosotros somos valientes,
nosotros no tenemos miedo de imitar a los venerables maestros;
nosotros descendemos alegres y triunfantes a nuestros infiernos [personales
(miedos, trancas y taras de toda índole,
también el miedo original y el árbol genealógico de las razas)
y retornamos pletóricos de rosas y música sagrada porque es útil!
Descendemos día a día, a veces tomamos pastillas,
y así nos entrenamos para el Gran Descenso.
La elevación viene por añadidura.
Gracia y Voluntad.
Estamos preparando el terreno, amiga Simone.
Que el hombre no separe lo que el corazón unió.
De la zorra de una mujer nacen pájaros en todas las direcciones [del vació.
Esa mujer eres tú.

Hemos derrumbado dentro de nosotros las torres de todas las [iglesias del mundo,
amamos el cielo despejado
y ausente
de mentiras,
amamos la vida al aire libre, oh Poe.
¡Se diría, Crónida, que tenemos el más viejo y el más nuevo saber!
Nosotros no escondemos lo sagrado lejos de nuestras manos,
sabemos falaz esa distancia
durante tantos siglos de decadencia disfrazada
con los trajes fatuos de la solemnidad y vuelta oculta
bajo las maneras de imposición de manos del falso espíritu [corruptor.
Lo más santo de lo santo lo dejamos al alcance,
lo que nos pertenece, como si fuera una moneda cotidiana
tirada sobre la mesa,
o cualquiera de las 10 mil cosas que nos aman, da lo mismo,
con su música íntima y común,
esperando un sentido.
(Sabemos que su sombra es la señal de su misterio).
Nos fascina sabernos desafiados,
gozamos cuando alguien osa revelarnos el defecto principal;
cada vez que nos delatamos a nosotros mismos en actitudes [hipócritas,
Celebramos con vino, caricias y abrazos
que se pueden prolongar
hasta las altas y únicas horas de la noche
que sin nosotros no serían nada.
Esto, acaso lamentablemente, podría justificar
nuestra cierta adicción por la ruina.
Agradecemos así la nueva oportunidad de fidelidad al relámpago.

Nosotros sabemos que somos los autores de nuestras vidas;
lo inevitable es llegar a estar peligrosa y diáfana comprensión,

Y todo es tu maestro,

primero tu corazón,

¡Dios ama que lo realices en el mundo!
¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Y dónde

Las mujeres y las flores.
Esta es la aurora triunfal.

Contemplamos y usamos
la Fuerza Infinita del Amor Infinito
para elevar la Tierra;
sabios por primera vez, semejantes a ángeles carnales
amantes de la orgía celeste,
en el carro ígneo de nuestros sueños espléndidos
llevamos a la Sagrada Tierra
hacia el Centro del Sol.
Sueños que no son un espejo ni una transparencia.
Una Obra de Arte.
Maravíllate.
Esta es la Conquista del Primer Acorde Celeste .
No es tiempo
de lamentaciones.
No es tiempo.

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