miércoles, 21 de enero de 2009

Hay un poema que no he escrito,
y que no sé cómo empezar
He probado varias alternativas
y ninguna de ellas me deja conforme:
no culpo a las palabras por mi pobreza,
pero no sé cómo llamarte
ni sé cómo escribir algo
que deje una huella
de tu presencia
para que seas recordada por siempre,
para que todos los hombres del presente y del futuro
contemplen tu belleza
Yo quisiera poder escribir algo importante,
hacerle saber al mundo que tú existes
y que tocaste, sin querer, mi corazón
que se quedó prendido a ti
de arte
y de magia
Han pasado los años;
no te he vuelto a ver
y a veces pienso con melancolía y rabia
cómo fue que terminé
con “mi” mujer, una hermosa y gran mujer,
por enamorarme de ti
Ustedes dos ya son amigas
Ella te da Flores de Bach
Sólo yo quedé sin pan ni pedazo
Seguro que la ambición me cegó
y la dejé a ella con la ilusión
de encontrarte a ti
Pero yo no puedo pedir perdón por lo esencial
Lo único que tengo
para justificar mi locura de amor
es que te vi
y me maravillé de ti
sin pretenderlo;
es que te soñé
sin saber que a ti te soñaba
–es que estabas en la ventana de tu pieza
cuando yo me iba con “mi” mujer
la primera vez que visité la casa de tu abuela
y me dijiste chao con tu mano, desde el segundo piso,
mirándome por la ventana,
como en una película de amor, como en el cine me sentí
enamorado de ti
Para justificar mi locura de amor
puedo enumerar una serie de modestas escenas suprasensibles:
En la inauguración de la muestra de pintura de Muriel
yo te llamé con mi pensamiento,
y tú acudiste a mí
Recuerdo que yo estaba apoyado en un pilar del salón,
tú estabas a unos metros de mí, y yo decía en la secreta intimidad:
“Señor, que me hable; Señor, que me hable, ¡que me hable!”,
y apareciste con tus ojos grandes
en ese tiempo velados por la niebla de la tristeza:
tu padre estaba enfermo,
como Rilke, por recoger flores a su amada;
Otra escena es cuando cenábamos
con “mi” mujer en la casa de tu abuela,
y hablábamos del karma,
y tú me desafiabas con tus preguntas maravillosas
burlándote de mí,
porque yo aparentaba saberlo todo:
hablé del destino del arte y la literatura,
hasta improvisé etimologías de palabras sánscritas, con seguridad
te veías tan hermosa con tus cabellos sueltos
con la copa de vino en la boca,
con tu pierna izquierda apoyada sobre la silla,
como se sientan los niños,
con tus pantalones verdes que siempre recuerdo
–así pareces una flor y tus piernas son el tallo;
lo que sigue lo grita el silencio–
hablábamos las mismas palabras y nos reíamos,
nos reíamos,
mientras la que me acompañaba miraba su plato de comida,
y yo te miraba a ti,
y ella y los ángeles lo sabían,
no sé si tú
Cuando nos íbamos, tú estabas de pie
en el marco de la puerta blanca
y yo quise bajarme del auto
correr hacia la puerta, y decirte:
estoy enamorado, de ti,
mientras te abrazaba y entraba en mí
el aroma infinito
de tu cuello de princesa salvaje
Han pasado los años, o quizás solo los meses,
para mí años, oh tantas vidas,
y no he dejado de sentirte,
lo cual ha de ser absurdo,
porque de seguro sólo yo te siento,
además no hemos vivido nada juntos
Pero ya no estoy muy convencido de estas pobrezas ridículas
con las cuales me he consolado
en mi dulce amargura
de cobarde, de hombre de poca fe, de poca acción, oh vida cruel
Esto es tonto de mi parte, tal vez no
No hay día en que no espere un email tuyo
¡Si supieras la alegría que sentí
cuando encontré una foto tuya en Facebook!
Con lo que digo postulo a perfil psicológico:
obsesión
Pero poco me importan esas imposturas,
sobre todo las mías
Yo soy un creador
Cometeré un crimen:
lo más seguro es que este poema no quede en la historia
pero las estrellas y tú lo conocerán
Dejaré de medirme
Tú, mañana, leerás este poema
estará en la casilla de tu email,
será un pájaro para siempre
comiendo de tu mano en tu corazón

Recuerdo que al comienzo dije que quería escribir algo [importante,
algo que quedara en la historia,
para que los hombres del presente y del futuro y del pasado
se enteraran de tu hermosa presencia
y llegara a sus sentidos cómo yo te…
porque escribo de ti
y se crea, más allá de mí,
una belleza nueva,
una música
que quedará resonando para siempre
en el alto río del universo
Pero ya no me importan esas alturas, las descarto,
basta con que tú lo leas
y aunque hoy me desdeñes
quizás en tu próxima transfiguración me reconozcas
Mientras tanto te esperaré en el bosque
y crearé montañas de nubes para recordar tus ojos
Mientras tanto a ti te canto
porque le canto a todas las cosas,
y te recuerdo:
tú eres el camino la verdad y la vida;
Yo soy
porque tú eres
lo que nunca
llegaremos a ser